¿Cuántas veces hemos escuchado lo de la importancia
de los personajes realistas en nuestras obras? Hoy os voy a hablar de este tema
tan controvertido y los líos que puede general.
En primer lugar, ¿qué se entiende por personaje realista?
Si se tiene que asemejar a la realidad, ¿por qué hay obras de extraterrestres o
personajes mágicos? ¡No es real! Primer error.
Ser realista no va de la mano de la fantasía o la
ciencia ficción, o de lo que la sociedad establece como: normal. Es un error
grave hacer esta relación.
Viví un caso parecido en un curso que hice, era un
curso de escritura de Guión para Cine y Televisión en formato online. En un
ejercicio había que crear una supuesta trama. Mi protagonista era estilista y
cosía ropa para modelos. Su sueño era poder llegar a ser modelo, pero no daba
la talla estándar que se pide en estos casos. La cuestión era que se le
presentaba la oportunidad de oro de poder desfilar. Según la persona que
llevaba el curso no era realista, porque según decía la moda tiene que ser tal y cual. ¡Error garrafal! Y al ser un
curso online tuve que darme por desistida al intentar explicarle sobre este
tema. Pero bueno, tengo que decir que la otra historia que escribí si fue bien
valorada, además de que me corrigió los errores y en ese sentido excelente como
profesora. Pero eso no quita que cayera en el error de relacionar realismo con
lo que lo que una sociedad considera como normal. ¿Por qué no es normal que
alguien con más kilos sea modelo? Hay
modelos que no miden 90/60/90.
Cuando hablamos de un personaje realista nos
referimos a algo más. Por ejemplo en una novela de intriga el protagonista es
el asesino. No sería realista si lo único que leyéramos fuese a un asesino que pum, mato, pum mato, pum mato. Me detienen.
Fin. ¿Dónde se pierde el realismo? En la vida del personaje. ¿Tiene
trabajo? ¿Estudia? ¿Está en paro? ¿Tiene una familia? ¿Alguna aficción? ¿Su
pasado le atormenta? ¿Está enamorado? Mil cosas más que le hacen ser real.
Pongamos el caso de un extraterrestre protagonista
de una historia. ¡Vaya! Pues el extraterrestre ha venido a España en su nave
espacial porque sí. Se pasea un rato y se marcha si más. Pues como que no. Sí,
quizá ha venido porque sí, o accidentalmente. Pero normalmente tiene una
historia que contar. Ya sea que ha venido investigando, a apoderarse del
planeta, o a saber qué. Quizá no duerme ni coma y sí habla. O lee la mente. O
es el ser más inteligente de su planeta. Le damos realismo al personaje, le
damos vida.
¿Qué pasa cuando a nuestro protagonismo le sale todo
de maravilla de principio a fin en nuestra historia? Una de dos, o no es un
personaje realista, o la trama principal no es la que creíamos que le estábamos
dando.
Hay que tener mucho cuidado a la hora de definir
como realista a nuestros personajes, incluidos los secundarios. Y si utilizamos
clichés tener cuidado del abuso que hacemos de ellos o al menos saber cómo
usarlos.
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